Este mensaje se centra a partir de una palabra muy poderosa, usada por muchos, pero honrada por pocos, una palabra que resume muy bien la principal razón que motiva el programa “La Contraloría Escolar”. Esa palabra es, CAMBIO, un cambio que inicia desde la casa y del que cada uno debemos ser partícipes. Todas y todos tenemos un papel relevante para llegar a esa sociedad anhelada, articulada en torno a dos ejes fundamentales, que se complementan entre sí, lucha contra la corrupción y la educación como motor del cambio cultural.
El camino hacia la sociedad que queremos se construye desde una mejor educación, una educación que le otorgue al estudiante las herramientas necesarias para tener mejores oportunidades, en consecuencia es necesario que las niñas y niños de este país se eduquen bajo el marco de la legalidad y la transparencia, que entiendan que el camino al éxito no es necesariamente el más fácil y que logren imprimir estos principios en cada una de sus actuaciones. Una sociedad más educada es una sociedad más consciente de su territorio y de la importancia del desarrollo en su entorno.
Con la finalidad de promover ese cambio, nuestra contraloría del estado Vargas viene desarrollando desde hace una década el programa: “La Contraloría va a la escuela”, incentivando en los niños y niñas la necesidad de crear y aplicar la Contraloría como medio de Participación Ciudadana en la defensa del patrimonio escolar, para que así, ellos se reconozcan como la generación de relevo capaz de exigir sus derechos y cumplir sus responsabilidades sociales en beneficio de la Patria.
Pensando en esto, nuestro ente rector, la Contraloría General de la Republica, a través del Sistema Nacional de Control Fiscal, difunde este programa formativo con funciones muy precisas, tales como: Vigilar el uso de los bienes de la escuela, su edificación, servicios y espacios de recreación, velar por el cumplimiento de los planes, programas y normas establecidas por su plantel y proponer soluciones a las irregularidades o deficiencias encontradas. Es por ello que el programa está ideado para hacer de los pequeños de la casa una magnífica representación de la cultura anticorrupción, niñas y niños con valores, capaces de ejercer el control social y la participación ciudadana, ciudadanos y ciudadanas modelo.
Son ellos, los futuros: Contralores, Gobernadores, próximos dirigentes de este país, los promotores de la recuperación de valores como la honestidad y la honradez. Profesionales serios, comprometidos con su comunidad y con una clara cultura del trabajo y el servicio.
El éxito de este programa no depende sólo de la Contraloría, depende también de sus padres, maestros y del apoyo de cada uno de los Servidores Públicos que integran el Sistema Nacional de Control Fiscal. Estamos comprometidos a trabajar incansablemente por la construcción de esa nueva sociedad legal y transparente, esa sociedad donde todos seamos iguales y en donde vivamos en paz y armonía.
Somos… ¡Agentes de Cambio!