La actitud es la posición con la que afrontamos y respondemos a cada situación en la vida. Seamos personas optimistas, positivas y entusiastas, para poder enfrentar los desafíos diarios con éxito, convirtiendo las dificultades en oportunidades y mejorando nuestro modo de pensar, sentir actuar.
Pocas veces nos observamos en el espejo con detenimiento, pero sería una práctica maravillosa que nos permitiría reconocer la cara con que salimos al mundo y en donde se reflejan nuestros pensamientos y sentimientos más profundos.
Mantener una expresión de agobio y una actitud negativa, basada en el cansancio que sentimos, en las preocupaciones que nos inquietan, en los pendientes que aún tenemos o en la falta de motivación para realizar alguna labor, hará que nos hundamos lentamente, agobiados por el desánimo y el peso de toda esa carga mental y emocional tan negativa que arrastramos.
La actitud mental positiva es básicamente la confianza que tenemos en nosotros mismos y la capacidad que poseemos para resolver cada una de las situaciones que se presentan en nuestra vida de una manera satisfactoria, se refleja en nuestros gestos, palabras y hasta en el tono emocional con el que nos comunicamos. ¿Eres de las personas que se levantan entusiastas y piensan: qué día tan bonito, hoy voy a conseguir ese contrato o ese trabajo que estoy buscando? ¿O de las personas que se despiertan quejándose por levantarse tan temprano o lamentándose del trabajo que tienen o imaginando el tráfico que les espera...? Vamos, podemos cambiar ese cuadro por uno más positivo que te permita tener un día maravilloso. Aprendamos a convertir todas nuestras vivencias en experiencias positivas, tomando lo mejorde cada día.
Entonces ¡Vale la pena, que te animes, que hagas el esfuerzo necesario por recuperar el entusiasmo y la motivación que necesitas para replantear tu vida y darle un nuevo sentido a ella. ¡Sonríe! Deja de poner esa cara tan fea, que muchas veces es la razón por la cual los demás piensan que eres una persona antipática, pesimista o egocéntrica. Evita sentirte víctima de las circunstancias y recuerda que tú eres el arquitecto de tu destino y que depende de tu conciencia, responsabilidad y elecciones, la posibilidad de cambiar y mejorar tu estilo de vida. Haz algo concreto para salir del cansancio que te agobia y que borra la sonrisa de tu cara, que agacha tus hombros, dobla tu espalda y te aumenta unos cuantos años demás. Camina al aire libre y oxigénate, duerme unas horas más, y deja de quejarte por la vida que llevas.